Siempre me ha dado la sensación que he conectado más con lo considerado “malo” de la maternidad que con el camino de rosas que me han querido mostrar.
Me he embobado escuchando a madres que sus hij@s “no duermen bien” o “no comen bien”, que son l@s “más movidos del mundo”…, pero, en busca de respuestas, he encontrado que son niñ@s que tienen un desarrollo completamente normal. Cuesta muchas veces percibirlo así, ya que, el discurso que se encuentra normalizado en la sociedad, es que la maternidad debe ser perfecta y l@s niñ@s deben actuar de una manera concreta, si no es un problema.
El problema es el que tenemos después nosotras que nos frustramos y nos sentimos mal, por no llevar a la práctica esa maternidad ideal. Pienso que nadie nace sabiendo ser madre o padre y menos cuando la perspectiva de la maternidad puede bloquearte y no dejar florecer tus instintos. Creo que aceptar la imperfección de la maternidad es perfeccionarla.
Maternar no es fácil y hay días y/o momentos de todo, algunos que sale bien y otros que son nublados y grises en que no todo sale como habíamos pensado. Entender que los días grises también forman parte de la maternidad y que de ellos también se aprende, aunque normalmente tenemos tendencia a verlo al contrario, se nos activan sentimientos contrapuestos, nos podemos sentir profundamente mal y dudar de nuestra forma de criar.

Entender que la maternidad es hiperdinámica y por ese motivo nos encontramos navegando entre mil emociones constantemente. A veces no encontramos un motivo para que ese dia no sea como imaginamos o si (cansancio, salut, hambre…). Ser conscientes que cuando te conviertes en mamá y papá no todos los días son iguales y que el camino de rosas que te habían contado también hay algunas espinas, viendo también que todo está dentro del mismo pack y que los días menos fáciles también forman parte de la maternidad.
Maternar puede ser un mar de emociones que tenemos que ir navegando entre aguas calmadas y temporales. Pero me gusta recordar que “después de la tormenta siempre llega la calma” saber que ese día/momento/época es y será pasajero y aunque parezca que nos ahogamos seguro hay un salvavidas a quien recurrir.
Teniendo en cuenta que cada familia tiene su propia realidad y que cada una lo hace lo mejor que puede, estaria bien poder compartir todas las emociones maternales y paternales ya que seguramente habrá alguien que estará pasando o habrá pasado por algo parecido.
¿Cómo os sentís en los “días grises”?